Cómo prevenir la apatía en las escuelas democráticas... y
si acaso deberíamos hacerlo. Lena
Kraus, Alemania
Miércoles 24 agosto EVAE 2016
En el IDEC de
este año en Mikkeli, Finlandia, presenté un taller titulado Cómo prevenir la
apatía en las escuelas democráticas… y si acaso deberíamos hacerlo.
Esta era la
descripción del taller:
He percibido una atmósfera general de apatía e
inactividad en algunos entornos de escuelas democráticas. A mí, esta atmósfera
me resulta contraproducente. Quiero saber si tenéis el mismo parecer, si podéis
pensar sus razones y formas de prevenirlo, o si consideráis que es parte de la
educación democrática y no deberíamos pretender cambiarlo.
Hubo 42
participantes en el taller, lo que demuestra que se trata de un tema importante
dentro de la educación democrática. 28 de los participantes afirmaron haber
experimentado esa sensación general de apatía y 41 lo veían como un fenómeno
que debería ser corregido.
Me gustaría
puntualizar que no estoy hablando de fases de inactividad o periodos de
aburrimiento (que son elementos esenciales tanto de la educación democrática
como de la propia vida), si no de una sensación general de apatía que se puede
palpar en la escuela entera y puede durar por mucho tiempo. Esto puede, por
ejemplo, influir en los nuevos estudiantes que se incorporan a la escuela pero
también a los miembros del equipo o los visitantes.
Durante el taller
discutimos el asunto y encontramos posibles razones y soluciones. Los
participantes que habían observado el fenómeno en sus escuelas (como
estudiantes o miembros del equipo) afirmaron en primer lugar que si los chicos
y chicas no lo perciben como un problema, no es un problema. También, un
contacto cercano entre los estudiantes y el equipo es esencial, porque sólo así
se podrá determinar si es o no un problema para el estudiante o es aburrimiento
impuesto.
Lo que llamaba la
atención es que algunos participantes que habían experimentado la apatía como
miembros del equipo informaron que los estudiantes lo veían como un tema
importante a posteriori. No eran conscientes mientras sucedía pero
retrospecitvamente decían cosas como “he malgastado un año” y se sentían
infelices por ello. Esto sirvió como razón que justifica la idea de que la
comunidad escolar debería hacer cuanto esté en su mano para impedir que esto
suceda e intentar lograr una atmósfera rica e inspiradora del entorno de
aprendizaje.
***
Una posible razón
también considerada fue que el propio equipo se sentía desmotivado y
estresado. Las escuelas Democráticas se
esfuerzan por que susu estudiantes vivan vidas felices dirigidas por ellos
mismos y es potencialmente muy desmotivador interactuar día a día con adultos
que de forma manifiesta no son felices donde
están y carecen del control necesario sobre
sus vidas como para darles forma sin verse sobrepasados. Quizá puede hacer
aparecer poco realista el objetivo de vivir una vida en función de los propios
intereses y habilidades y de este modo frenar a los estudiantes en su trabajo
por conseguirlo.
Algunos
participantes afirmaron que el grupo que fundamentalmente se veía afectado por
el problema eran los alumnos de mediana edad y culpaban a los exámenes que los
alumnos sentían que debían realizar para triunfar en la vida pero sin sentirse
en absoluto motivados a ello.
La Escuela
también se describió como una caja en la que se metía a los chicos y chicas
para mantenerlos seguros. Esto se convierte en un problema cuando no hay
suficientes conexiones con el mundo exterior y el alumnado carece de un input
de la vida real. Las escuelas democráticas pueden funcionar sólo como parte
de la vida, no aislada de ella.
LA imagen de la
educación democrática también se mencionó como posible razón. Un participante
había percibido que la Educación Democrática era con frecuencia como no
hacer nada todo el día o recreo de todo el día, dando así una
impresión de inactividad, cuando en realidad debería dar a los chicos y las
chicas el tiempo y el espacio necesarios para descubrir las herramientas que
les permitan moldear sus vidas de acuerdo con sus propios criterios.
***
Así las cosas,
posibles soluciones al problema podrían ser trabajar con el equipo, crear
espacios para ellos donde tratar cómo se sienten en el entorno escolar o qué
quieren realmente hacer, y cómo apoyarse unos a otros para lograrlo. Si los
viejos patrones persisten un cambio en la plantilla puede ser necesario.
Una buena
conexión entre el equipo y los estudiantes se mencionó de forma repetida.
Obviamente, la plantilla debe ser escogida cuidadosamente, no sólo por su
aceptación del modelo democrático, si no si se está dispuesto a gobernar la
propia vida, y si se es capaz de darle forma según los propios criterios.
La conexión y el
dialogo entre el equipo y los estudiantes puede lograrse mediante un sistema de
orientación, creando espacios para la conversación sobre la vida escolar. La
comunidad y el proceso de aprendizaje. También se propuso tener una asamblea al
principio de cada semana donde los alumnos expongan lo que quieren aprender o
hacer, y otra reunión al final de la semana donde evaluar si se han alcanzado
los objetivos. Un gran reto de este proceso es que depende en gran medida en el
modo de aprendizaje, ya que excluye el aprendizaje mediante el juego, descarta
la espontaneidad y no es adecuado para hacer un seguimiento del aprendizaje
invisible que acontece independientemente de lo que uno haga.
Es además de
vital importancia crear el mayor número posible de vínculos con la vida fuera
de la escuela. Bien recibiendo visitantes o haciendo excursiones, por ejemplo,
mediante el partenariado con empresas y negocios locales, otras escuelas (de
cualquier tipo), guarderías, zoos... las posibilidades son prácticamente
infinitas.
En entorno de la
educación democrática podría ser descrito como el lugar donde “aprender lo que
realmente te importa” en vez de un lugar donde “hacer lo que te de la gana”.
La libertad real
parece ser la llave para sostener la motivación. Las decisiones sobre qué
quieren aprender, dónde quieren aprenderlo y con quién debería dejarse por
completo a los estudiantes.
Sobre mi: Habiendo asistido a la escuela pública y tras formarme
después como profesora tradicional, no estaba satisfecha con lo experimentado y
empecé a buscar alternativas. Me involucré con la educación democrática en 2012
cuando asistí a mi primera conferencia de EUDEC. Desde entonces, he asistido a
la conferencia cada año y fui elegida para el consejo de EUDEC en 2015.
Mi otra gran pasión junto a la educación democrática es
el Kayak. Hago Slalom, White-Water y Maratón (y prácticamente cualquier otro
deporte que me permita estar en el agua)
Trabajo como guía de calle y traductora.
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