Presentación del libro ‘Dejadnos aprender. Reflexiones desde la pedagogía
libertaria’
Martes 23 agosto EVAE 2016
Manuel
Rodríguez “Txelu”
La puesta en
práctica del respeto, la solidaridad, la responsabilidad, la libertad personal,
el desarrollo de la personalidad y las capacidades… pomposos y
grandilocuentes propósitos que asume la legislación educativa en cuanto a los
fines que persigue. Pero la realidad nos muestra cómo los centros escolares
estatales desbordan de individualismo y competencia.
El libro parte de
una idea clave: el objetivo de las escuelas estatales es interiorizar la
sumisión en el alumnado. Objetivo necesario para generar así las futuras
trabajadoras y trabajadores sumisos e individualistas a quienes explotar; y
generar entre la población el “rol” de ciudadana o ciudadano que delega y
confía en el Estado la satisfacción de todas sus necesidades básicas.
La institución escolar enseña a
obedecer, valiéndose para ello de exámenes, premios y castigos, evaluaciones
externas, libros de texto, escasa preparación del profesorado, legitimarse como
poseedora única y necesaria del saber que provoca el “ascenso social”, imponer
un currículo, las calificaciones, la creación de itinerarios educativos, la
masificación de las aulas y los centros educativos…
Dejadnos aprender. Reflexiones desde
la pedagogía libertaria nace con el objetivo de aportar su granito de arena a
la escasa edición de material educativo asumiendo una óptica libertaria. Entre
sus páginas se pueden encontrar varios bloques de contenido, de los que
aparecen a continuación algunos, con un breve comentario.
La institución escolar enseña a
obedecer, pero ha de matizarse esta afirmación. En la primera parte del libro,
se pretende diferenciar la responsabilidad que asume el profesorado y cual
corresponde al Estado en esta labor de contribuir a la interiorización de la
sumisión; puesto que, por ejemplo, la aplicación de exámenes o el uso del libro
de texto como material didáctico exclusivo que vertebre la dinámica educativa
es decisión del profesorado. El Estado no obliga a usar ningún libro de texto
ni a realizar ningún examen.
Este libro dedica también un gran
número de páginas a las personas con discapacidad. Intentando argumentar la
necesidad de abandonar un enfoque clínico y paternalista, en favor de la
apuesta por la diversidad del ser humano. Por el respeto de las características
personales, sin someterse, sin compararse con la “normalidad”, con lo “bueno”,
con lo que promueve el “triunfo social”. Es más, intentando explicar cómo la
noción de discapacidad pudiera considerarse una construcción social, puesto que
en gran medida, el diágnostico de discapacidad se realiza considerando la
“viabilidad” o no, de poder ser una persona productiva desde la visión
capitalista.
Otra de las reflexiones recogidas en
el texto se relaciona con el intento de atisbar las diferencias existentes
entre las escuelas libertarias y las escuelas libres. No con un afán de
confrontación, puesto que parten ambos modelos pedagógicos de un origen común,
la pedagogía antiautoritaria, sino para intentar complementar ambas propuestas.
E intentando conjeturar cuáles son las consecuencias de asumir uno u otro paradigma;
posicionándose el libro en favor de la creación de escuelas libertarias.
Destacar por último: la presencia de
una selección de películas sobre infancia y adolescencia, escuelas y cárceles
de menores y discapacidad; la complementación de los textos con ilustraciones;
así como la inclusión de textos que pronto se convertirán en canciones,
formando de este modo la banda sonora del libro.