Taller de Pedagogía
Aplicada, o Taller de Educación Descolonial, por la Asociación Los Glayus www.losglayus.org jueves 20 agosto
Sobre
el taller de Pedagogía Aplicada.
En octubre de 2012
pusimos en marcha el taller de Pedagogía Aplicada, un espacio que pretendía
servir como punto de encuentro para debatir, rastrear y sobre todo
generar/crear propuestas educativas, útiles para nuestras necesidades como
educadores/educandos y satisfactorias para nuestro andar por la vida cotidiana
también, para ser y hacer mundo/s muy otros…, y a poder ser, claramente mejores
que este que habitamos destruyendo.
El otro título del taller,
el que menos suele mencionarse en estas latitudes, es el que más refleja no
obstante estos intereses y objetivos del mismo: “Taller de Educación Descolonial”.
Para des-hacernos tanto del colonizador/a que forma parte de nuestro estar
siendo en el mundo, como del colonizado/a que también estamos siendo.
Ahora que hemos
empezado la tercera temporada del taller de Pedagogía Aplicada-Educación
Descolonial, reflejamos aquí dos breves opiniones de dos participantes. Una que
estuvo el primer año y después volvió a su tierra natal… Y otra que participa
en el taller en todas las temporadas y en casi todas las sesiones realizadas.
Sus voces son un
reflejo de lo que el taller es, hace, sueña, pretende ser… De momento el viaje
aún está comenzando, y aún así, sentimos que están pasando(nos) cosas
importantes. Adriana y Virginia expresan algunas de ellas. Esperamos en otro
espacio (mayor) y momento (no muy lejano) poder recoger más testimonios,
reflexiones, y también propuestas, métodos y técnicas con los que aprender y
desaprender, para descolonizar nuestro/s saber/es y nuestra propia vida.
Acabamos esta breve
presentación de la reflexión de las compañeras recomendando el libro
“Epistemologías del Sur”, compilado por B. De Souza Santos, donde el lector/a
puede familiarizarse mejor con conceptos tales como descolonización, educación
y saberes descoloniales, etc. Muy recomendable y necesario, para poder seguir
siendo todos/as.
De momento, a un nivel
más modesto, nuestra pequeña contribución aquí y ahora a la descolonización de
los/las colonizadores-colonizados occidentales.
1. Comienzos del taller de
Pedagogía Aplicada.
Me resulta complicado explicar con palabras lo que el taller significó para
mí. Nos han acostumbrado a tantas clases teóricas, tantos libros de texto,
tantos cursos “formales” en los que te sientas durante ciertas horas en una
silla y te dan un diploma,…, que no imaginé que bajo el nombre de “Taller de
Pedagogía Aplica” se escondía el pedal que te llevaba a pensar, descubrir,
aprender, imaginar, mirar con otros ojos que no son los tuyos, crear….
Bajo un ambiente de compañerismo, respeto, trabajo en equipo y una buena
dosis de sentido del humor se consiguieron tratar un sinfín de temas como:
concepto de colonización/descolonización, pensamiento divergente, pretextos
teatrales como herramienta educativa, psicología positiva, participación
infantil, cooperativismo, software libre, proyectos de educación activa,
concepto de identidad, trabajo corporal y todo aquello que cada uno tenía en su
cabeza y quería compartir. Todas estas sesiones eran pactadas previamente entre
todos, y llevadas a cabo por uno o varios de nosotros.
Es un grupo abierto, por lo que era interesante ver como cada jueves entraba
y salía gente nueva. En mi año, pudimos enriquecernos con la experiencia de la
Asociación EDES (colegio de educación especial), Chris Baldwin (Pedagogo
Teatral), Enrique Martínez Reguera(Filósofo, Psicólogo y Pedagogo) o profesores
de la Universidad de Pedagogía en Oviedo explicando su metodología activa en el
aula.
A modo personal, he de decir que la experiencia que más me marcó fue la del
Caballero de la Armadura Oxidada. Técnica realizada en la convivencia que
organizamos y que consistía en forrarnos de papel de periódico todo el cuerpo a
modo de armadura. Al principio nos sentíamos super- héroes pero después se iba
haciendo cada vez más incómodo llevarla puesta, hasta que llegaba un momento en
que necesitabas desprenderte de ella rápidamente. La idea era reflejar que
nadie nace con una armadura, pero nosotros mismos somos los que poco a poco nos
la vamos creando con miedos, prejuicios hacia los demás y frustración. Solos es
difícil que nos consigamos desprender de ella pero con la ayuda del grupo se
vuelve todo más fácil.
En definitiva, creo que este taller marcó un antes y un después en mi forma
de entender los conceptos de educación-educador-educando. Me abrió la mente
hacia nuevas formas de aprendizaje y la motivación suficiente para continuar
aprendiendo y experimentando.
Han pasado casi dos años desde que estuve en el taller y todavía recuerdo
la sensación de felicidad que me producía estar entre un grupo de cabezas
pensantes tirando hacia una misma dirección. Me alegro de haber podido dejar mi
pequeño granito de arena y haberme llenado la mochila de herramientas y
conocimientos.
Espero volver un día por el taller para repostar…
Adriana
Calvo Martín
2.
¿Somos des-aprendices?
Me preparo como cada
jueves para ir al taller de pedagogía, me llevo una libreta con hojas en blanco
y “la apertura”, una pequeña aliada para estar y ser en este taller, la
cómplice que me ayuda a atravesar la puerta de la sala con una actitud de
desaprender aquellos condicionamientos que tengo frente a los procesos y
paradigmas educativos, ahí es nada... ¡quién fuera capaz de librarse de ellos,
o mejor, de darles la vuelta!
¿Por dónde empezamos?
Por el punto de partida, ¿quiénes somos? Al inicio de cada sesión hacemos una
ronda de presentación, porque el taller es como un organismo vivo en el que
siempre hay cambios (de participantes, propuestas, colaboraciones, etc.) y por
tanto está en constante movimiento. Curioso efecto el de la ronda de
presentación: solemos mencionar nuestro nombre, estudios o grupo profesional, y
sin embargo durante el taller a nadie se le define por lo que ha estudiado o
por su trabajo, esa identidad inicial se va deshaciendo y cada uno es allí
quien quiere ser.
¿Cuál es la propuesta
de hoy? Esa es la palabra, propuesta, no vamos a hacer una charla, una clase,
ni siquiera una taller, en la mayoría de los casos es una propuesta abierta que
no deja de estar al servicio del grupo. ¿Cómo si no podríamos favorecer que el
taller sea un espacio fértil en conectar experiencias y saberes humanos para
poner en marcha el juego de la inteligencia colectiva?
Esta tarde la propuesta
es trabajar en el teatro como herramienta pedagógica, cogemos un “pretexto
cualquiera”, y comienza la aventura de escucha entre el grupo. O puede que
hoy exploremos conceptos relacionados
con el género desde diferentes puntos de vista, y por el camino, nos atrevamos
a hacernos alguna pregunta sobre nuestra identidad. Quizá sea hoy la sesión en
la que hablemos de qué es una aula feliz y cómo la construimos...
Construir, hemos
llegado al corazón del taller, apenas hay espacio durante las sesiones para la
crítica pasiva y destructiva, desde el inicio hicimos una elección valiente por
transformar nuestra pasión por la educación en una clara intención de imaginar
y crear procesos de aprendizaje significativo. Elegimos además tejer redes
entre personas y grupos que nos inspiran en nuestra tarea para salirnos del
marco establecido y para ser capaces de explorar otras formas creativas de
des-aprender.
Para mí la esencia de
"ser un des-aprendiz"
habita en la capacidad que tenemos todas las personas de re-inventar modelos y
visiones de nuestros entornos social, profesional y personal. El desaprendizaje
no es solo una necesidad, es una oportunidad para continuar asombrándonos ante
nuestros propios aprendizajes y ante el don de explorar cada día con nuevas
preguntas el mundo que nos rodea.
Apertura, con esa
actitud quise comenzar mi tercer año en el taller de pedagogía, siempre hay
tiempo y espacio para, como educadora pero sobre todo como educanda, abrirte
ante el poder del aprendizaje, de tu propio des-aprendizaje.
Virginia
Pañeda.
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